San Gines y los Escribanos

Había una vez… una pequeña ciudad francesa ubicada en las Bocas del Ródano, que nació como colonia griega y siguió el proceso de la cultura de Occidente, llamada Arlés. La misma vivió un período de dominación romana convirtiéndose entonces en el principal poblado de la provincia de Provenza, aquí nació en los albores del siglo V, Ginés, quien desde muy joven adoptó la profesión de notario, oficio que asumió con responsabilidad y vocación de servicio; impulsado por un ardiente deseo de que su vida sirviera de gran utilidad a su Patria y poder trabajar en defensa del pueblo.

Tiempo después le ofrecieron el cargo público que tanto ambicionaba: el de Escribano o Notario de la Prefectura de la región de las Galias, encontrándose en ejercicio de éste cargo, es que el Emperador de los romanos decretó una persecución contra los cristianos, por lo que indicó al Escribano Ginés la redacción del edicto de persecución, conminándolo a que lo hiciera en términos de mucha crueldad a fin de que el miedo a los tormentos influyera en los cristianos y les forzara a renegar de la fe de Cristo. Tamaña resolución,  impactó en el espíritu de Ginés y negose rotundamente a cumplir lo que el Prefecto le exigía, arrojando a los pies del tirano juez el punzón de marfil y las tablillas, elementos de su trabajo, que siempre llevaba consigo.

Sin tardar, fue perseguido por oficiales romanos con la indicación de darle muerte. Con la premura de la angustia Ginés escapó hacia la otra orilla del Ródano, donde al darle caza, lo mataron, dejando su cuerpo tendido en el suelo. Murió dando fe de su fe, el 25 de Agosto de 430 DC. 

Mucho tiempo después y de éste lado del Océano Atlántico, en 1.788, los escribanos de “Santa María de los Buenos Aires” se colocaron bajo la protección del santo y dispusieron la fundación de la “Hermandad de San Ginés de Arlés”; ésta organización fue el primer antecedente de colegiación notarial en el actual territorio argentino. Posteriormente, el 02 de Octubre de 1.947 los notarios crearon la Federación Argentina de Colegios de Escribanos como entidad representativa del notariado argentino, hoy Consejo Federal del Notariado Argentino. Finalmente al año siguiente, se celebra en Buenos Aires, a iniciativa del notario José Adrián Negri, el Primer Congreso Internacional del Notariado Latino. Allí se gestó la idea de formar una unión internacional de notariados, con principios comunes, es por ello que el 02 de Octubre quedó establecido como la fundación de la UINL (Unión Internacional del Notariado Latino) y se ha designado como “Día del Notariado Latino”, y en la Argentina “Día del Escribano”.

Como reza la historia y dejamos transcender aquí, los escribanos siempre han formado parte de las sociedades organizadas, cumpliendo la función de evitar los conflictos entre las personas, actuando con la debida imparcialidad en resguardo de los intereses de los requirentes de nuestro servicio.

La circulación del documento notarial se ve garantizada por la certeza y la fe pública de la que los inviste el Estado, logrando así seguridad jurídica y paz social; protegiendo los derechos de las personas y los intereses del mismo Estado que los designa. Pero lo más puro de la existencia de ésta noble profesión, es la confianza que en los escribanos depositan los ciudadanos, consecuencia directa de los más de dos mil años de existencia de la institución notarial y de la jerarquía por ella alcanzada. Esta confianza debe tener su retribución, en el desenvolvimiento diario.

El Escribano tiene una función social y debe estar en permanente contacto con la gente, con las distintas realidades y brindar así, su contención y asesoramiento como profesionales de derecho, buscando siempre la paz y seguridad jurídica, en un solo camino, el del fin último de “Justicia” pero actuando fuera del litigio, materia ésta sólo de los abogados, generando una especia de medicina preventiva.

Esto lleva a la necesidad de una constante capacitación por parte de los profesionales, como responsables que son de la gran tarea profesional y social. Deben ser generosos y devolver a la sociedad su confianza traducida en calidad de servicio, desenvolviéndose con la misma responsabilidad y vocación que siglos atrás inspiró San Ginés de Arlés,coloquémonos bajo su protección en nuestra tarea diaria y con humildad ejerzamos ésta hermosa profesión.

 

 

Joaquina Córdoba Gandini

Escribana

 

 

 

 

 

 

 

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